La envidia en las relaciones sociales


Muchos se quejan de las molestias que ocasiona la envidia, de algunas personas, en sus relaciones familiares y sociales, que se ve reflejada en  los comentarios desagradables de algunas personas que tienen el arte de “poner el dedo en la llaga” o de ver el detalle negativo que puede desacreditar a una persona y arruinar el ambiente de cualquier reunión social.  Cabe señalar que, cuando aquí hablamos de envidia no nos referimos a esa envidia “sana” que puede motivar a las personas a perseguir sus objetivos para tener el mismo éxito de otras personas a las que observa, sino a la envidia “nefasta”, o “patológica” que corroe las relaciones sociales.

La envidia, es ese sentimiento (tristeza, frustración,…) o estado mental (de pesar o dolor psicológico) en el que se encuentra una persona (que tiene netos problemas de autoestima) frente al éxito ajeno. Es como si esa imagen positiva del otro, le renviara un mensaje en retorno que le recuerda su propia situación de vulnerabilidad (o inferioridad), por no poseer lo que el otro tiene (bienes, cualidades, éxito,…) y que siempre quiso tener; ocasionándole un dolor interno o malestar como si le hubieran agredido, a lo que responde disminuyendo el éxito percibido o agrediendo simplemente, para encontrar la calma perdida.   

Pocas son las personas que se dan cuenta que ese estado mental les ocasiona sufrimiento, y menos aún las personas que quieren deshacerse de ese problema, que describe claramente Sofía: “Yo no he hecho cosas malas en la vida,  pero siempre estuve envidiosa de los demás. Cuando alguien hace algo mejor que yo, me siento herida y envidiosa. Cuando escucho que una persona ha realizado buenas acciones, siempre las pongo en duda, pero, cuando escucho que alguien ha hecho cosas malas, siempre lo doy por cierto y casi me alegro por ello. Cuando veo que otras personas reciben cosas positivas (halagos, ventajas, premios,…), siento como si yo hubiera sufrido una gran pérdida. Pero cuando veo que los otros pierden algo, tengo la impresión de haber ganado una fortuna”.

Nos podemos preguntar, pero ¿cómo es que llegamos a construir esos sentimientos en nosotros?, que a veces vemos como rasgos casi familiares, con padres que van criticando a los que tienen las cualidades que ven como ideales y que ellos no poseen,… a los que tienen éxito, a “los ricos”, “los otros”;  lo que incluso hace parte del saber popular a través de chistes como este: a un niño le preguntan en clase sobre lo que quiere ser cuando sea grande, a lo que él contesta “quiero ser un desgraciado”, y explica que tiene un vecino con dinero, coches, una esposa bonita, una casa bonita,… y cada vez que pasa por la calle,  él escucha a sus  padres decir: “allí va el desgraciado”,…!.  

Cuántos casos de envidia nefasta se ahorraría la sociedad (porque se la observa a todo nivel) si los padres tuvieran más cuidado en mostrar lo positivo del éxito ajeno (como un modelo a replicar), en lugar de promover el “resentimiento social” ante los ricos y ante toda persona que logra más éxitos materiales que ellos, lo que obviamente es disfrazado por las ideologías “progresistas” de todo tipo, que van dando justificación a una actitud de envidia y reivindicación a reproducir a través de generaciones, ocasionándoles más sufrimiento personal porque les provocará una centración excesiva sobre lo negativo, y una amargura por no poseer lo que otros poseen.

No quiero terminar este artículo, diciendo que porque venimos de familias donde se cultivó la envidia, ya somos envidiosos, sino alertando a los que tenemos hijos para darle mayor atención a los mensajes que reciben de nosotros (las cosas que les decimos) y sobre todo de nuestras acciones (es actuando que marcamos más el comportamiento de nuestros hijos), además de decir a las personas que sufren de ese problema, que es posible de vencer la envidia, con algo de paciencia y esfuerzo. Para ello, es necesario observar en nuestro accionar (si posible, incluso anotarlo), ¿cuantas veces hemos sentido envidia? y ¿por qué razones?, ¿qué miedos estuvieron detrás de esos sentimientos?. A veces son provocados por pensamientos sueltos que pasean por nuestra mente, … veamos unos ejemplos: “no es justo que María tenga derecho a más vacaciones pagadas que yo”, “los hijos de Juan han hecho buenos estudios, quisiera que los míos lo hagan mejor, porque yo soy mejor padre que él”, “ Robert acaba de comprarse un nuevo coche, seguro que ha hecho algo malo para conseguir dinero”, “es Carolina que ha tenido el aumento de sueldo, pero yo era la que me lo merecía”,…

La mejor estrategia para deshacerse de la envidia es aceptarse plenamente a sí mismo. Por lo que le sugiero que trate de ver (y anotar, porque así es más concreto) cuales son las cosas que ya ha logrado en la vida (familia, salud, trabajo,…) y las que tiene en camino de lograr;  y sobre todo haga el esfuerzo de aceptarse a si mismo con sus cualidades y sus defectos (o aspectos a mejorar), pero sin compararse con los demás, porque siempre encontraremos personas que hayan logrado más (o menos) cosas que nosotros.  Por otro lado, si ha identificado los miedos que están detrás de sus pensamientos de envidia trate de enfrentarlos y superarlos, sino le es posible, consulte a un psicólogo que pueda ayudarle. 
 



La espiritualidad y nuestra salud mental

La espiritualidad es cada vez más reconocida, en los cuidados de salud física y mental, como un factor que puede contribuir a prevenir, curar o enfrentar la enfermedad. Hace unas décadas solo se reconocía ese aspecto en los servicios de “cuidados paliativos” (enfermedades terminales), sin embargo la práctica clínica nos hace reconocer que los valores espirituales o religiosos y los objetivos de vida que tienen los pacientes, les aportan una contribución innegable a su salud física y psíquica así como a su satisfacción de vivir.

Podemos citar innumerables casos de personas que luego de haber vivido una experiencia de vencer una enfermedad grave han cambiado su perspectiva de vida y se reconocen como personas religiosas practicantes o espirituales. Asimismo,  observar que personas con perspectiva espiritual o religiosa pueden entender con mayor facilidad los límites de la ciencia médica (en caso de enfermedades raras o graves), o en casos de pérdida de sus seres queridos, hacer su trabajo de duelo en menor tiempo (dado que pueden explicarse muchas cosas y encontrar consuelo en su fe) comparado a lo que sucede con ciertas personas “escépticas” que tienen mayor dificultad a integrar una pérdida de un ser querido pues los confronta a la “nada” existencial.  

La espiritualidad entendida como lo hacen algunos autores (Carson, 1989),  es un concepto a dos dimensiones: la dimensión horizontal o existencial que tiene que ver con los valores inherentes a las relaciones humanas y con las actividades que le dan sentido a la vida, y la dimensión vertical o religiosa que hace referencia a una relación con lo trascendental o un Ser supremo. Reconociendo que en una misma persona, la vida espiritual no siempre se desarrolla en ambas dimensiones. Ciertas personas van a concentrarse sobre la dimensión horizontal y a privilegiar los valores de amor, de amistad y de sentido de la vida, sin considerar jamás la relación con lo transcendental. Por otro lado, otras personas  profundamente religiosas se interesaran casi exclusivamente a la relación con el infinito, olvidando de cultivar la dimensión existencial u horizontal de la espiritualidad.

La religión, sería entendida como un conjunto específico de creencias y prácticas de un grupo organizado de confesión (católica, protestante, judía, musulmana,...);  mientras que la espiritualidad tendría una connotación más individual (que puede ser “mística” o no), siendo a menudo definida por las personas como el sentido de la paz, de relación con los demás y de creencias relativas en el sentido de la vida.

Si nos interesamos al bienestar general de las personas, podríamos inferir que sea cual fuere la perspectiva espiritual o religiosa que se tenga, deba tratarse, en lo posible, de ser coherentes con ella, a fin de armonizar su vida con ese eje importante que direcciona sus acciones más nobles. Pues , contrariamente a lo que se espera, muchas veces se observan personas muy religiosas que pertenecen a asociaciones religiosas (“hermandades”, “cofradías”, “templos”…) o espirituales (“fraternidades”,…) que están enfrascadas en conflictos y luchas por el poder o por el dinero que les hace perder el sentido primigenio por el que abrazaron su fe religiosa o perspectiva espiritual, llegando a desnaturalizar el sentido de la asociación y realizar ritos con otros objetivos (figuración social, poder, dinero,…etc.) que en lugar de permitirles elevarse psicológicamente y armonizar su vida, las reduce a preocupaciones bien domésticas que generan malestar y frustraciones y les hacen desperdiciar ese valor profundamente positivo que podría ayudarles a ver la vida con ojos de esperanza y tener la fuerza de enfrentar los retos cotidianos. 
 

Prepare su hogar para evitar intoxicaciones o envenenamientos accidentales

Leo un interesante artículo norteamericano que nos da luces para evitar intoxicaciones y envennamientos en casa, ahora que el verano se aproxima y que comenzaremos a utilizar una serie de productos para evitar que los insectos ingresen en nuestro hogar o que realizaremos actividades en los bosques.

Según los autores, en más del 90% de los casos, las intoxicaciones y envenenamientos se producen en el hogar y la mayoría de estos ocurren en la cocina, baño, o en la habitación. Por lo que se requiere enseñar a los niños a que nunca toquen o pongan en su boca nada que no sepan lo que es.

A continuación, algunos consejos sobre cómo mantener su hogar seguro:
  • Mantener los medicamentos en sus envases originales (con sus respectivas indicaciones) y guardarlos adecuadamente (en un botiquín que no esté al alcance de los niños).
  • Tener en casa una alarma para detectar monóxido de carbono, preferiblemente  instalada cerca de las habitaciones y cerca de las calderas o calentadores.
  • Mantener las sustancias tóxicas en sus envases originales. No usar recipientes de comida (tales como vasos o botellas) para almacenar limpiadores u otros productos químicos fuertes.
  • Mantener el anticongelante y los productos químicos fuertes en sus envases originales.
  • Algunos productos de arte (pinturas, plastilinas,… etc) son mezclas de productos químicos que pueden ser peligrosos si no se usan correctamente. Asegúrese de que los niños los usen de manera segura, que lean y sigan las instrucciones y que no coman ni beban mientras los usen.
  • Lavarse la piel después de trabajar y estar en contacto con productos de arte. Limpiar el equipo, las mesas, los escritorios y mesas de trabajo. Mantener esos productos en sus envases originales.
  • Si se va a preparar los alimentos, no olvidarse de lavarse las manos y limpiar la mesa de trabajo antes de hacerlo, así como de  limpiar los utensilios de cocina y aquellos para servir.
  • Almacenar los alimentos a la temperatura adecuada. Los alimentos que requieren refrigeración no pueden dejarse en temperaturas que superen los 40 grados F (5 grados C).
  • Si se va a practicar una excursión al aire libre, tomar la precaución de identificar los sitios donde pudieran haber serpientes u otras especies peligrosas y usar la vestimenta adecuada (botas, por ejemplo).
  • Leer atentamente el rótulo de cualquier repelente contra insectos. La mayoría de ellos contienen DEET, que puede ser dañino si se aplica en grandes cantidades.
  • Asegurarse de que todos los miembros de su familia puedan identificar hongos y plantas venenosas. Recuerde la frase “las hojas de a tres, no las toqués” cuando se trata de hiedra venenosa.
  • Recordar que, si hay sospecha de que alguien se ha intoxicado o envenenado, llamar inmediatamente al centro de control de intoxicación y envenenamiento local, para saber como actuar y pedir ayuda.

 

www.cleliagalvez.com



Cómo abordar las dificultades atencionales de los niños

Es frecuente y comprensible  la preocupación de los padres por encontrar una solución a las dificultades que ven en sus hijos para concentrar su atención cuando realizan sus deberes escolares u otras tareas. Algunos expresan su preocupación y tratan de buscar asesoría, otros lo viven solos con extrema ansiedad y pueden llegar a magnificar el problema y hacer que el niño se convenza que tiene un problema y se acomode a él.

El constatar que sus hijos no se pueden concentrar en lo que hacen y el interpretar eso como algo grave que va a perturbarlos en los aprendizajes que tienen que hacer en la vida, puede hacer que los propios padres se vuelvan innecesariamente ansiosos y se vayan confrontando a una serie de preguntas  que se hacen ellos mismos y que ponen en cuestión sus propias habilidades como padres (que si son buenos padres,… que si se equivocaron en algo,… o si sus hijos tienen algún problema médico que deben tratar,…), hecho que puede convertirse en un circulo vicioso que por la ansiedad que sienten, puedan ejercer cada vez más presión  sobre los niños y estos al sentir el estrés en el que se encuentran sus padres, aún estar más ansiosos y distraídos,…. , y el circulo se retroalimenta sucesivamente….

Por lo que,  lo primero a hacer, debería ser calmarse y examinar las situaciones en las que se desenvuelven los niños para identificar algunas que pueden obstaculizar al niño en su tarea de concentrarse  en su tarea.

Hagamos un sobrevuelo de las posibles situaciones que podrían perturbarles:
  • · Los aspectos materiales: ¿el ambiente en el que hace sus tareas es silencioso?,  ¿hay demasiados objetos que él pueda tocar o distraer su atención inútilmente? ,  el espacio está adecuadamente iluminado? , ¿el material con el que debe trabajar está bien presentado y es bien legible?,  ¿tiene el niño todos sus útiles requeridos?
  • · Los aspectos personales: ¿hay alguna situación que le genere ansiedad o preocupación? , ¿ha perdido a algún ser querido? o incluso una mascota?, ¿se ha disputado con algún amigo, o un miembro de la familia?, ¿hay alguna enfermedad que lo afecta a él, o a algún miembro de la familia? , ¿hay niños que lo molestan en la escuela?, ¿tiene algún miedo a algo o a alguien?
  • · ¿Está motivado por la escuela o se le ve algo aburrido de ella?
  • · ¿Duerme suficientemente?, ¿tiene pesadillas o miedos que le impiden de dormir suficientemente?
  • ·  ¿Como está su alimentación?, ¿está suficientemente nutrido e hidratado?
  • ·  ¿Tiene demasiadas actividades para-escolares?
  • ·  ¿Tiene miedo al fracaso o a decepcionar a sus padres?
  • ·  ¿Le falta tiempo para relajarse o para canalizar sus energías?

Entre otras causas posibles, se puede mencionar el Trastorno de Déficit Atencional (TDAH), que comprende una agitación y una falta de atención constantes en el niño y que obstaculizan tanto su aprendizaje como la realización de la mayor parte de actividades cotidianas, llegando a perturbar su calidad de vida y la de su entorno familiar y escolar. Si tiene dudas sobre su niño, le aconsejo de solicitar una evaluación específica, pues el TDAH tiene que ser diagnosticado por un equipo de profesionales de la salud (médico y neuropsicólogo).

Para los casos que no presentan  problemas que requieran una intervención terapéutica o medicamentosa, existen algunas medidas simples que los padres podrían aplicar para ayudar a su niño a mejorar su atención:

  • ·  Determinar con el niño, el lugar donde va a realizar habitualmente sus tareas y  el lugar más preciso en los que pondrá sus útiles de escritorio más usados (que estén a la mano y siempre en el mismo lugar).  
  • ·  Mantener el ambiente de trabajo relativamente ordenado (sin convertir eso en una obsesión) y sin ruidos inútiles.  Evitando tener objetos que puedan captar su atención cuando efectúa sus tareas.
  • · Planificar con el niño la actividad que va a emprender, dividiéndola en etapas pequeñas y explicándole claramente la manera en que se va a realizar la tarea (las consignas deben ser claras, simples y coherentes) para que tenga en mente la secuencia.
  • · Fijar la duración de la actividad, en función de la edad del niño y de su nivel de atención. Hacer  solo una a la vez para no desmoralizarlo, programando pausas para que el niño pueda moverse y gastar su energía.
  • · Instalar rutinas para los “momentos-bisagra” del día (partir a la escuela, llegada por la tarde, cena, baño, ir a la cama, etc. ); puede también tener una pequeña canción o repetir una lista como jugando para cada una de esas etapas a fin de ejercer su atención sobre las tareas a realizar.
  • · Si el niño no esta más concentrado y manifiesta su malestar, es preferible de suspender la actividad y retomar mas tarde, si es necesario
  • ·  Evitar de ponerlo en situaciones de  fracaso, enfatizar positivamente sus esfuerzos (así sean pequeños, porque irá mejorando progresivamente). “muy bien”, “veo que hiciste tu esfuerzo”, “será mejor la próxima vez”.
  • · Valorar los esfuerzos que hace el niño y felicitarlo con palabras “bravo”, “estoy orgullosa de ti”, “continúa así”, “vas bien”,  y estableciendo un sistema de recompensas (por ejemplo dándole algunos privilegios)
www.cleliagalvez.com 

Cuando la violencia nos toca en lo más profundo

El desarrollo del internet y la tecnología de la información hace que casi en tiempo real estemos visionando (vía TV o internet) imágenes de catástrofes naturales o nucleares, revoluciones, guerras de liberación y actos de violencia extrema que ocurren en diferentes partes del mundo y que chocan nuestra sensibilidad y que progresivamente van rompiendo esa imagen de seguridad sobre la que se basa nuestra vida.

Cuando son las catástrofes naturales las que azotan y diezman poblaciones,  todos están perturbados de constatar la fuerza implacable de la naturaleza contra la que poco puede hacerse, pero luego de un tiempo las personas llegan a integrar esa catástrofe en su mente y dan paso a  “la resiliencia”, que es capacidad interna de las personas a adaptarse a la dura realidad que les tocó vivir. Podemos ver por ejemplo el tsunami del 2004 en indonesia, Fukushima en Japón, los huracanes a los Estados Unidos, los terremotos de diferentes países…, con cada tipo de sociedad que reacciona de acuerdo a sus propias características, como la japonesa que sorprendió al mundo con su actitud de seriedad, solidaridad, recogimiento, orden,…, lo que no quiere decir que sufrieran menos!.  

Sin embargo, lo más difícil de entender y aceptar es el traumatismo ocasionado por otros seres humanos que han perpetrado crímenes con la intención de destruir y matar a las personas, como los atentados terroristas vividos en todo el mundo (aunque el más publicitado haya sido el del 11 de setiembre  en Nueva York), las violaciones,  la guerra y la delincuencia en general, que por observarse a diario en la prensa llegan a banalizarse y hacer parte del funcionamiento de algunas ciudades. Hasta que vemos un suceso intenso que sacude a toda la población, por la crueldad con la que se agrede o por tratarse de personas en situación de vulnerabilidad como son los niños.  Pienso en lo que acaba de ocurrir en Francia, un asesinato despiadado de unos niños y un profesor en una escuela confesional judía, que fueron victimas simplemente por ser diferentes.

La intencionalidad de un acto de destrucción (agresión, violación, atentado,…) es lo que más afecta a las personas que son victimas (directas o indirectas, es decir testigos), porque destruye  la concepción de base que tiene de un ser humano bueno y le hace perder confianza en un mundo relativamente sano y seguro en el que está viviendo. Otro factor importante es la intensidad del desastre o la crueldad de la agresión (“a sangre fría”), así como la situación de vulnerabilidad de la victima (niños o personas que no se encuentran bien en el momento de la agresión); estos aspectos que conducen a una cronificación de los efectos psicológicos  habituales en tal situación (miedo, ansiedad, estrés, ira, rabia, resentimiento o bloqueo emocional) pueden llegar a desarrollar, en ocasiones, un verdadero trastorno de estrés post traumático que requiere tratamiento psicológico específico.

Volviendo al caso ocurrido en Francia, la madre que perdió a sus hijos y su esposo en un mismo evento en el que fueron victimas, por el simple hecho de haber estado presentes en ese lugar y ese momento, va a tener su vida marcada por el dolor y el sufrimiento de esas pérdidas inexplicables; los niños que estudian en ese colegio y en otros similares, todos los testigos directos e indirectos, tendrán que sobreponerse al hecho con apoyo profesional, soporte de sus familiares y amigos, y sobre todo con el paso del tiempo que permitirá de mitigar los afectos.

Finalmente, si usted está en el circulo social de personas que fueron victimas de alguna agresión o desastre, probablemente no sepa cómo actuar con ellas, y por desconocimiento, trate de evitar el tema. Sin embargo, creo que puede ser de mucha ayuda a esa persona, simplemente escuchándola cuando ella quiera hablar del tema (pero no insista con el tema si ella no quiere hacerlo). Escúchele una y otra vez, porque cada vez que hable, la persona irá asimilando lo que pasó e irá re-trabajando y reubicando los hechos en su mente y haciendo, con cada vez que expresa la emoción , que vaya drenando la emocionalidad contenida, y haciendo que su activación emocional sea cada vez menor, llegando en algún momento a mitigarse. Si observa que no evoluciona favorablemente la situación y la ve deprimida, convénzala de consultar un psicólogo de tipo cognitivo conductual, que podrá ayudarle a salir del problema. 
 

Extraordinaria animación médica a visionar

Realmente extraordinaria y didáctica esta animación médica sobre las posibilidades de reparación de los múltiples casos de fracturas. Para los padres que siempre estamos preocupados por las travesuras de nuestros pequeños que culminan con algunas fracturas, este video nos muestra que todos los tipos de fracturas pueden ser reparados, aunque imaginamos que no  tenga que repararse todos al mismo tiempo!.

Es innegable que con una caída como la que se muestra en el vídeo no son solo los huesos los que van a estar averiados, el cerebro (ordenador que gobierna gran parte del funcionamiento de nuestro cuerpo) y todo el sistema nervioso lo estará también;  y el modo de rehabilitación en ese caso, es diferente y mucho más complejo (siendo del dominio no solo de la neurocirugía, sino también de la neuropsicología). Al respecto, más adelante tendremos ocasión de compartir información interesante sobre  ese tipo de intervención.

Por lo pronto, os invito a visionar el interesante video que sigue:

¿Que quiero encontrar en mi pareja?


El cómo escoger su pareja es una de la preocupaciones más mencionadas por las personas que me escriben y hoy tomo una de esas preguntas que envía Ana (que es como la llamaré en este artículo, por la necesidad de garantizar la confidencialidad de la identidad de quienes me escriben), para abordar este tema tan amplio y en el que las opiniones pueden diferir en función de la importancia que le de, cada persona, a las tres necesidades que básicamente satisface el amor de pareja: necesidad de compañía, de recreo y de pasión (según John Lee). 

“¿Cómo puedo llegar a  interesar a un chico muy popular que me gusta???”,  es como comienza su pregunta, Ana, una joven que se siente atraída por un hombre que ha pasado la treintena y que ella misma describe como  “alguien que se comporta como un adolescente,  que juega conmigo y con las otras mujeres que lo rodean. Es guapo e inteligente, pero bastante despectivo con todas;  ha conquistado a muchas chicas sin llegar a nada con ellas, así como lo hace conmigo. Estoy desesperada y quiero saber ¿qué puedo hacer para que un chico así llegue a estar conmigo? , porque lo que más le gusta es que le alaben, yo lo he estado haciendo, pero ya ni eso funciona, parece que pide algo mejor que eso, a veces me he "enfadado" pero ya no "cuela", como decimos las mujeres...

Todos reconocemos que el “príncipe azúl “ o la pareja ideal con la que se sueña de niña,  no existen y que se tiene que aceptar a un ser humano con imperfecciones (que tenemos todos);  sin embargo,  existen ciertos límites en las imperfecciones que estamos dispuestos a aceptar en nuestra pareja,  y eso cada persona lo debiera tener claro, cuando elije a su pareja.  Antiguamente, los padres eran los que decían a los hijos, en circunstancias similares,  “piensa con la cabeza y no con el corazón”, y digo  que, en lo posible,  habría  que poner de ambos si se quiere incrementar las probabilidades de tener la pareja que nos complemente bien.  

Cuando nos sentimos atraídos por una persona, la consideramos como algo “misterioso” que nos provoca descubrirlo;  en esa etapa pensamos que cupido nos envió el “flechazo” que nos removió el corazón (o mejor dicho el pensamiento). Luego, progresivamente y conforme avanzan nuestros intercambios,  pasamos a identificar las coincidencias que tenemos con esa persona que ocupa nuestros pensamientos (¿tendremos los mismos valores?, ¿le damos importancia a las mismas cosas?, ¿compartimos algunos sueños o proyectos?, ¿tenemos temas de interés comunes?,… ), así como ver si nos procura las satisfacciones que esperamos  (¿nos divertimos mucho cuando salimos juntos?, ¿me trata como quiero que me trate?, ¿me muestra afecto?, ¿hace que me sienta importante para él?, …. etc.). Son básicamente estos aspectos que van a definir nuestra relación amorosa como satisfactoria o no para cada uno y hacer que en algún momento se llegue a formalizarla.  

En el caso de Ana, veo que ella ya conoce bien al chico que la atrae, e incluso ha identificado en él un funcionamiento bastante problemático que ya está generándole un malestar; por lo que le aconsejo de hacer un esfuerzo para aclarar sus ideas y ver realmente qué satisfacciones quiere recibir de esa relación que tanto ansía y qué es lo que está recibiendo actualmente. Poner eso por escrito para sí mismo, es de mucha ayuda.

Un aspecto que Ana debe considerar es que el chico en cuestión,  es  alguien que visiblemente, no valora a nadie más que su propia persona y que se libra a un juego bastante narcísico en sus relaciones, lo que hace que hayan poquísimas probabilidades que ella pueda recibir satisfacciones (compañía, afecto, complicidad en el recreo, respeto,…) como persona en una relación amorosa que posiblemente le exija mucho esfuerzo y pocas satisfacciones.

Por lo que tendría que preguntarse ¿valdrá realmente la pena que gaste sus energías en atraer a una persona que por su comportamiento ya le hizo saber que solo se quiere a sí mismo, lo que probablemente le ocasione más sufrimiento que amor?,  ¿No sería más gratificante para ella,  que vuelva los ojos a su entorno de amigos y elija a alguien con mayor estabilidad mental y afectiva, que pueda compartir con ella sus experiencias y sueños?. Tal vez incluso pueda preguntarse ¿qué es lo que realmente le gusta de él?, y ver si puede encontrar eso que le gusta en alguien más estable.

Finalmente, el amor debe ser recíproco y tiene que nutrir las expectativas de los dos, tal vez no de manera simétrica, pero ambos deben mostrar disposición a entrar en la relación y sentirse bien dentro de ella.


Por el Día Internacional de la Mujer: la canción censurada de Pierre Perret

Es innegable que actualmente el espacio que tiene la mujer en las sociedades modernas y democráticas va siendo cada vez mayor, tanto en el aspecto económico, social y político. Mucho se ha avanzado en las zonas urbanas de una gran cantidad de países, quedando aún un trayecto a hacer en las zonas más rurales y con menor accesibilidad.

Sin embargo, quedan en el mundo algunas culturas que aún relegan a la mujer a un rol de servitud sin acceso a derecho alguno, como lo señala la canción “Cuando la mujer es enrejada” del cantautor Pierre Perret (un gran artista francés que canta a las cosas simples de la vida y a los problemas sociales que debieran preocupar a toda la humanidad) y que fue censurada  en Francia. En este artículo, encontraran la traducción al castellano de esta canción (que es muy bella, reflexiva y triste al mismo tiempo), con los respectivos enlaces para ver a Pierre Perret interpretándola y otro con las letras de la canción en francés.

Ponemos esta canción porque hemos visto en la prensa, con gran estupor (por tratarse de prácticas opuestas a  los derechos fundamentales de la persona y a los valores de los países en los que ocurrió), que incluso viviendo en territorio europeo,  los establecimientos de esas culturas siguen enseñando como castigar físicamente a la mujer (en sus colegios privados como descubrieron recientemente de Inglaterra, en muchos casos encontrados en Bélgica y Francia, o en sus templos como señaló Radio Nacional de España , el día de ayer, sobre un predicador de la Mezquita de Terrassa – Barcelona- España). Esperamos que cada país haga respetar los valores sobre los que se fundan sus propias existencias.

                                Cuando la mujer es enrejada  
                                               (Pierre Perret)
Escucha mi canción tan dulce,
Que Verlaine  podría haberla hecho mejor,
Quiere ser discreta y ligera,
Como el rose del agua sobre la espuma,
Es la tristeza de la esposa,
De la mujer detrás de su reja,
Ellos la hacen vivir en la edad media,
Que la vergüenza les salpique.

Cuando la mujer es enrejada…
Todas las mujeres son ultrajadas,
Los hombres las han condenado,
A la oscuridad.

Ella no toma jamás la palabra,
En público porque no es su rol,
Ella es temerosa, ella es sumisa,
En ningún caso puedes darle  un beso,
Le han enseñado a someterse,
A no contradecir a su amo,
Ella solo tiene derecho a algunos murmullos,
La mirada baja sobre su costura.

Cuando la mujer es enrejada…
Todas las mujeres son ultrajadas,
Los hombres las han condenado,
A la oscuridad.

Ella respeta la ley divina,
Dicha por la boca del hombre,
Que su lugar está en la cocina,
Y que además es su bestia de carga,
No puede mostrarse sabia,
Es mejor que sea ignorante,
Su esposo dice que los estudios,
Son contrarios a sus servitudes.

Cuando la mujer es enrejada…
Todas las mujeres son ultrajadas,
Los hombres las han condenado,
A la oscuridad.

Hasta sus pies su austera “burka”
Es garante de su decencia,
Ella previene la concupiscencia,
De los hombres a los podría agradar,
Una mirada juzgada impúdica,
Seria mortal para la cautiva,
Ella podría terminar quemada viva,
Lapidada en la plaza pública.


Cuando la mujer es enrejada…
Todas las mujeres son ultrajadas,
Los hombres las han condenado,
A la oscuridad.

                    Jóvenes mujeres larguen las amarras,
                    Rechacen esas costumbres bárbaras,
                    Digan no al maniqueísmo,
                    Al retorno del obscurantismo,
                    Desechen ese “moucharabieh” triste,
                    Nacida de costumbres esclavatistas,
                    Y en lugar de llevar ese velo,
                     Libérense y levanten las velas.




La depresión de papá podría afectar la conducta de los niños

Un reciente estudio norteamericano encontró que los niños que tienen un papá deprimido son más propensos a mostrar problemas emocionales o conductuales.

Durante las dos últimas décadas, los profesionales de la salud mental, hacíamos especial atención a ver el riesgo que representaba para un niño, el hecho de tener uno de sus padres con síntomas depresivos. Se hablaba especialmente de la enfermedad de la madre, por el tiempo y el tipo de relación estrecha que habitualmente tenía con el niño, que en presencia de  los síntomas depresivos se operaba un cambio importante que afectaba a la salud mental del niño. Razón por la que se promovía una medicación antidepresiva para disminuir rápidamente los síntomas y la instalación de una psicoterapia que le ayude a salir del problema.

El estudio que encontramos en el Medline (retomado de la revista Maternal and Child Health Journal), es interesante porque brinda datos más acordes a la evolución que ha tenido la sociedad en cuanto a los roles parentales. Actualmente, los padres participan cada vez más en la educación de los hijos y tienen una relación más directa que la que teníamos muchos de los que ahora somos adultos. Incluso en los numerosos divorcios en los que la guardia compartida de los hijos hace que los roles de ambos padres se acerquen cada vez más. Hecho que tiene que considerarse en el tratamiento eficaz y oportuno de los problemas emocionales y conductuales que se presenten en los niños.  

Volvemos al estudio que fue realizado con 7,200 familias norteamericanas, y que encontró los siguientes datos:

Alrededor del 25 por ciento de los niños con mamás y papás que mostraban síntomas de depresión tenían problemas emocionales o conductuales. Alrededor del 15 por ciento de los niños cuyos papás tenían síntomas depresivos y 20 por ciento de los niños cuyas mamás tenían síntomas depresivos mostraban problemas emocionales o conductuales. Alrededor del 6 por ciento de los niños cuyos padres no tenían síntomas de depresión presentaban problemas emocionales o conductuales.

Alrededor del seis por ciento de los papás mostraban síntomas de depresión. Los factores asociados con la depresión en los papás incluían vivir en la pobreza, vivir con un hijo que tenía necesidades especiales, vivir con una esposa o pareja que estaba deprimida y tener una mala salud física. El predictor más potente de depresión en los papás fue el desempleo. Los papás desempleados tenían 6.5 veces más probabilidades de estar deprimidos.

Esto es particularmente importante dado el alto índice actual de desempleo, anotaron los investigadores.
 

Hay que valorar y cuidar el oído

El oído, ese sentido maravilloso que nos ayuda a percibir los sonidos del mundo que nos rodea, es una capacidad que recibe poca atención de prácticamente todas las personas. Es cuando comenzamos a perderla por la edad o por ciertos accidentes, que nos interesamos a preservarla y a veces lo hacemos cuando ya perdimos ciertas capacidades.

La pérdida progresiva de la audición es conocida como Presbiacusia, y eso habitualmente sucede a partir de los 40 años, en un proceso que evoluciona lenta y progresivamente a medida que pasan los años y para la cual no existe un tratamiento que lo cure.

La evolución de nuestra sociedad, cada vez más ruidosa, está haciendo que se constaten problemas de pérdida de la capacidad de audición  a edades cada vez más tempranas. La exposición, sobre todo  de los jóvenes, a ruidos excesivamente altos (auriculares para escuchar música a decibelios bastante altos o frecuentar discotecas con iguales características de ruido) hace que la degradación de sus capacidades de audición se vea acelerada.

Cuando se revisa la literatura al respecto, se encuentra que los tratamientos no son curativos, sino paliativos, y van desde medicación (dilatadores de vasos sanguíneos y vitaminas para potenciar las conexiones nerviosas), uso de audífonos (que actualmente son cada vez más pequeños y estéticos) y diversas intervenciones quirúrgicas (implantes,…), para disminuir el hándicap;  lo que demuestra que la prevención es lo más importante.