Cabe señalar, que todos tenemos tendencia a “revisar” mentalmente las cosas que acaban de pasar (una conversación, un error que acabamos de cometer,…), pero eso no dura más que algunos minutos, pero cuando se trata de personas que hacen obsesiones, esas revisiones mentales se convierten en rumiaciones obsesivas que pueden durar horas, días, semanas,… y provocar una angustia que va en aumento cada vez que se retroalimenta con los “y si….” incesantes de los que no se pueden librar por más esfuerzos que hagan por parar.
Características de las rumiaciones obsesivas
- Son repetitivas y persistentes: Los pensamientos rumiativos se repiten de manera insistente y pueden durar largos periodos de tiempo. Estos pensamientos suelen ser difíciles de controlar y persisten a pesar de los esfuerzos por ignorarlos o detenerlos (Nolen-Hoeksema, 2000).
- Son intrusivas: Las rumiaciones obsesivas aparecen en la mente de la persona de manera espontánea y no deseada. Estas intrusiones pueden causar una significativa angustia emocional (Clark & Rhyno, 2005).
- Enfocadas en el contenido negativo: Generalmente, las rumiaciones obsesivas se centran en temas negativos o angustiantes, como errores pasados, preocupaciones sobre el futuro, o dudas persistentes sobre uno mismo o las relaciones interpersonales (Ehring & Watkins, 2008).
- Tienen un impacto en el funcionamiento de la persona: Las rumiaciones pueden interferir significativamente con la vida diaria de una persona, afectando su capacidad para concentrarse, tomar decisiones y realizar actividades cotidianas. Este impacto funcional es un criterio diagnóstico importante en trastornos como el TOC (American Psychiatric Association, 2013).
Algunas teorías explicativas:
- El Modelo de Evitación: sugiere que las rumiaciones obsesivas funcionan como una forma de evitación cognitiva. Al concentrarse en pensamientos rumiativos, las personas pueden evitar de enfrentar emociones más dolorosas o situaciones problemáticas (Borkovec et al., 2004).
- La Teoría Metacognitiva: postula que las creencias sobre la utilidad de las rumiaciones (por ejemplo, "Si sigo pensando en esto, encontraré una solución") contribuyen a su persistencia (Wells, 2000).
- Sesgos Cognitivos: Las personas con tendencia a las rumiaciones obsesivas suelen presentar sesgos cognitivos, como un aumento de la atención hacia las amenazas percibidas y una menor capacidad para distraerse de los pensamientos negativos (Hertel, 2004).
Estrategias de Intervención
- La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): La TCC es una de las intervenciones más efectivas para las rumiaciones obsesivas. Técnicas como la reestructuración cognitiva y la exposición con prevención de respuesta se utilizan para reducir la frecuencia y la intensidad de las rumiaciones (Clark, 2004). Dentro de ese tipo de intervención, la Terapia de aceptación (ACT), así como el Minfulness, (que son técnicas cognitivo-conductuales de tercera generación), pueden ser de utilidad para cambiar la relación de la persona con sus pensamientos rumiativos, promoviendo la aceptación de los pensamientos sin intentar controlarlos y enfocándose en valores personales y acciones comprometidas (Hayes et al., 2006).
- Medicamentos: En algunos casos, los antidepresivos y los ansiolíticos pueden ser prescritos para ayudar a controlar los síntomas de los trastornos que incluyen rumiaciones obsesivas (Koran et al., 2007). Aunque más que controlar las rumiaciones lo que hace la medicación es darle algo más de energía al paciente a fin de poder realizar los ejercicios que se requieren dentro de la psicoterapia Cognitivo-Conductual.
Referencias Bibliográficas
- American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5th ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.
- Borkovec, T. D., Alcaine, O., & Behar, E. (2004). Avoidance theory of worry and generalized anxiety disorder. In Generalized anxiety disorder: Advances in research and practice (pp. 77-108). New York, NY: Guilford Press.
- Clark, D. A., & Rhyno, S. (2005). Unwanted intrusive thoughts in nonclinical individuals: Implications for clinical disorders. In D. A. Clark (Ed.), Intrusive thoughts in clinical disorders: Theory, research, and treatment (pp. 1-29). New York, NY: Guilford Press.
- Ehring, T., & Watkins, E. R. (2008). Repetitive negative thinking as a transdiagnostic process. International Journal of Cognitive Therapy, 1(3), 192-205.
- Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (2006). Acceptance and commitment therapy: An experiential approach to behavior change. New York, NY: Guilford Press.
- Hertel, P. T. (2004). Memory for emotional and nonemotional events in depression: A question of habit. In D. Reisberg & P. Hertel (Eds.), Memory and emotion (pp. 186-216). Oxford University Press.
- Koran, L. M., Hanna, G. L., Hollander, E., Nestadt, G., & Simpson, H. B. (2007). Practice guideline for the treatment of patients with obsessive-compulsive disorder. American Journal of Psychiatry, 164(7_suppl), 5-53.
- Nolen-Hoeksema, S. (2000). The role of rumination in depressive disorders and mixed anxiety/depressive symptoms. Journal of Abnormal Psychology, 109(3), 504-511.
- Wells, A. (2000). Emotional disorders and metacognition: Innovative cognitive therapy. John Wiley & Sons Ltd.