Es innegable que actualmente el espacio que tiene la mujer en las sociedades modernas y democráticas va siendo cada vez mayor, tanto en el aspecto económico, social y político. Mucho se ha avanzado en las zonas urbanas de una gran cantidad de países, quedando aún un trayecto a hacer en las zonas más rurales y con menor accesibilidad.
Sin embargo, quedan en el mundo algunas culturas que aún relegan a la mujer a un rol de servitud sin acceso a derecho alguno, como lo señala la canción “Cuando la mujer es enrejada” del cantautor Pierre Perret (un gran artista francés que canta a las cosas simples de la vida y a los problemas sociales que debieran preocupar a toda la humanidad) y que fue censurada en Francia. En este artículo, encontraran la traducción al castellano de esta canción (que es muy bella, reflexiva y triste al mismo tiempo), con los respectivos enlaces para ver a Pierre Perret interpretándola y otro con las letras de la canción en francés.
Ponemos esta canción porque hemos visto en la prensa, con gran estupor (por tratarse de prácticas opuestas a los derechos fundamentales de la persona y a los valores de los países en los que ocurrió), que incluso viviendo en territorio europeo, los establecimientos de esas culturas siguen enseñando como castigar físicamente a la mujer (en sus colegios privados como descubrieron recientemente de Inglaterra, en muchos casos encontrados en Bélgica y Francia, o en sus templos como señaló Radio Nacional de España , el día de ayer, sobre un predicador de la Mezquita de Terrassa – Barcelona- España). Esperamos que cada país haga respetar los valores sobre los que se fundan sus propias existencias.
Cuando la mujer es enrejada
(Pierre Perret)
Escucha mi canción tan dulce,
Que Verlaine podría haberla hecho mejor,
Quiere ser discreta y ligera,
Como el rose del agua sobre la espuma,
Es la tristeza de la esposa,
De la mujer detrás de su reja,
Ellos la hacen vivir en la edad media,
Que la vergüenza les salpique.
Cuando la mujer es enrejada…
Todas las mujeres son ultrajadas,
Los hombres las han condenado,
A la oscuridad.
Ella no toma jamás la palabra,
En público porque no es su rol,
Ella es temerosa, ella es sumisa,
En ningún caso puedes darle un beso,
Le han enseñado a someterse,
A no contradecir a su amo,
Ella solo tiene derecho a algunos murmullos,
La mirada baja sobre su costura.
Cuando la mujer es enrejada…
Todas las mujeres son ultrajadas,
Los hombres las han condenado,
A la oscuridad.
Ella respeta la ley divina,
Dicha por la boca del hombre,
Que su lugar está en la cocina,
Y que además es su bestia de carga,
No puede mostrarse sabia,
Es mejor que sea ignorante,
Su esposo dice que los estudios,
Son contrarios a sus servitudes.
Cuando la mujer es enrejada…
Todas las mujeres son ultrajadas,
Los hombres las han condenado,
A la oscuridad.
Hasta sus pies su austera “burka”
Es garante de su decencia,
Ella previene la concupiscencia,
De los hombres a los podría agradar,
Una mirada juzgada impúdica,
Seria mortal para la cautiva,
Ella podría terminar quemada viva,
Lapidada en la plaza pública.
Cuando la mujer es enrejada…
Todas las mujeres son ultrajadas,
Los hombres las han condenado,
A la oscuridad.
Jóvenes mujeres larguen las amarras,
Rechacen esas costumbres bárbaras,
Digan no al maniqueísmo,
Al retorno del obscurantismo,
Desechen ese “moucharabieh” triste,
Nacida de costumbres esclavatistas,
Y en lugar de llevar ese velo,
Libérense y levanten las velas.