Es frecuente y comprensible la preocupación de los padres por encontrar una solución a las dificultades que ven en sus hijos para concentrar su atención cuando realizan sus deberes escolares u otras tareas. Algunos expresan su preocupación y tratan de buscar asesoría, otros lo viven solos con extrema ansiedad y pueden llegar a magnificar el problema y hacer que el niño se convenza que tiene un problema y se acomode a él.
El constatar que sus hijos no se pueden concentrar en lo que hacen y el interpretar eso como algo grave que va a perturbarlos en los aprendizajes que tienen que hacer en la vida, puede hacer que los propios padres se vuelvan innecesariamente ansiosos y se vayan confrontando a una serie de preguntas que se hacen ellos mismos y que ponen en cuestión sus propias habilidades como padres (que si son buenos padres,… que si se equivocaron en algo,… o si sus hijos tienen algún problema médico que deben tratar,…), hecho que puede convertirse en un circulo vicioso que por la ansiedad que sienten, puedan ejercer cada vez más presión sobre los niños y estos al sentir el estrés en el que se encuentran sus padres, aún estar más ansiosos y distraídos,…. , y el circulo se retroalimenta sucesivamente….
Por lo que, lo primero a hacer, debería ser calmarse y examinar las situaciones en las que se desenvuelven los niños para identificar algunas que pueden obstaculizar al niño en su tarea de concentrarse en su tarea.
Hagamos un sobrevuelo de las posibles situaciones que podrían perturbarles:
- · Los aspectos materiales: ¿el ambiente en el que hace sus tareas es silencioso?, ¿hay demasiados objetos que él pueda tocar o distraer su atención inútilmente? , el espacio está adecuadamente iluminado? , ¿el material con el que debe trabajar está bien presentado y es bien legible?, ¿tiene el niño todos sus útiles requeridos?
- · Los aspectos personales: ¿hay alguna situación que le genere ansiedad o preocupación? , ¿ha perdido a algún ser querido? o incluso una mascota?, ¿se ha disputado con algún amigo, o un miembro de la familia?, ¿hay alguna enfermedad que lo afecta a él, o a algún miembro de la familia? , ¿hay niños que lo molestan en la escuela?, ¿tiene algún miedo a algo o a alguien?
- · ¿Está motivado por la escuela o se le ve algo aburrido de ella?
- · ¿Duerme suficientemente?, ¿tiene pesadillas o miedos que le impiden de dormir suficientemente?
- · ¿Como está su alimentación?, ¿está suficientemente nutrido e hidratado?
- · ¿Tiene demasiadas actividades para-escolares?
- · ¿Tiene miedo al fracaso o a decepcionar a sus padres?
- · ¿Le falta tiempo para relajarse o para canalizar sus energías?
Entre otras causas posibles, se puede mencionar el Trastorno de Déficit Atencional (TDAH), que comprende una agitación y una falta de atención constantes en el niño y que obstaculizan tanto su aprendizaje como la realización de la mayor parte de actividades cotidianas, llegando a perturbar su calidad de vida y la de su entorno familiar y escolar. Si tiene dudas sobre su niño, le aconsejo de solicitar una evaluación específica, pues el TDAH tiene que ser diagnosticado por un equipo de profesionales de la salud (médico y neuropsicólogo).
Para los casos que no presentan problemas que requieran una intervención terapéutica o medicamentosa, existen algunas medidas simples que los padres podrían aplicar para ayudar a su niño a mejorar su atención:
- · Determinar con el niño, el lugar donde va a realizar habitualmente sus tareas y el lugar más preciso en los que pondrá sus útiles de escritorio más usados (que estén a la mano y siempre en el mismo lugar).
- · Mantener el ambiente de trabajo relativamente ordenado (sin convertir eso en una obsesión) y sin ruidos inútiles. Evitando tener objetos que puedan captar su atención cuando efectúa sus tareas.
- · Planificar con el niño la actividad que va a emprender, dividiéndola en etapas pequeñas y explicándole claramente la manera en que se va a realizar la tarea (las consignas deben ser claras, simples y coherentes) para que tenga en mente la secuencia.
- · Fijar la duración de la actividad, en función de la edad del niño y de su nivel de atención. Hacer solo una a la vez para no desmoralizarlo, programando pausas para que el niño pueda moverse y gastar su energía.
- · Instalar rutinas para los “momentos-bisagra” del día (partir a la escuela, llegada por la tarde, cena, baño, ir a la cama, etc. ); puede también tener una pequeña canción o repetir una lista como jugando para cada una de esas etapas a fin de ejercer su atención sobre las tareas a realizar.
- · Si el niño no esta más concentrado y manifiesta su malestar, es preferible de suspender la actividad y retomar mas tarde, si es necesario
- · Evitar de ponerlo en situaciones de fracaso, enfatizar positivamente sus esfuerzos (así sean pequeños, porque irá mejorando progresivamente). “muy bien”, “veo que hiciste tu esfuerzo”, “será mejor la próxima vez”.
- · Valorar los esfuerzos que hace el niño y felicitarlo con palabras “bravo”, “estoy orgullosa de ti”, “continúa así”, “vas bien”, y estableciendo un sistema de recompensas (por ejemplo dándole algunos privilegios)
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