Cuando
culmina un año e iniciamos otro, casi automáticamente, vamos pasando revista a lo que logramos el
año que termina y a lo que nos gustaría hacer el año siguiente. Existen
diversas maneras de hacer su balance de vida y proyectar los planes personales,
algunos de ellos han sido claramente explicados en este blog en años anteriores.
Esta vez, quisiera hablarles de algo más
simple que nos puede permitir de desempolvar nuestros sueños postergados y
ponernos en marcha, a fin de que el año nuevo nos permita alcanzarlos
progresivamente.
Podemos desempolvar
los sueños, haciendo un pequeño ejercicio mental de vuelta atrás en nuestros
recuerdos, en busca de esas cosas que soñamos con hacerlas algún día y que
por múltiples razones fuimos dejándolas
postergadas. Luego de haberlas encontrado, las ponemos, por escrito, en una
lista de las diez o doce cosas que queremos hacer ahora. Esas se convertirán en
metas y objetivos que iremos alcanzando progresivamente. El verlos escritos y
aún más el tenerlos siempre a la vista, les da una cierta materialidad que nos
va a ayudar en la puesta en marcha de estrategias para conseguirlos.
En los
Estados Unidos está muy de moda que las personas hagan su lista sobre “las diez cosas que quiero hacer antes de
morir”. Es obvio que con esa frase la gente no se prepara a la muerte, sino
que eso les permite darle una motivación adicional para conseguir esos sueños
que durante mucho tiempo estuvieron en su mente y que fueron dejados de lado
por el mismo ritmo de la vida. Así, podemos encontrar listas de múltiples
tipos, en las que figuran experiencias de contenido más emocional (como hacer
parapente, ver un volcán en erupción, nadar con un delfín, saltar al
elástico,…), experiencias más relacionales (decirle a alguien que le quiere, construir
un grupo de amigos, tener pareja,…), adquisición de ciertas destrezas (aprender
a un idioma extranjero, a pintar, a bailar o a tocar un instrumento, a hablar
en público, decir “no”,…), diversos proyectos personales (fundar una familia,
escribir un libro, viajar a algún lugar específico,…., proyectos profesionales
(estudiar alguna carrera, crear mi propio negocio, cambiar de trabajo,…)….. Es
obvio que no existe lista buena ni mala, cada una corresponde a la vida de cada
persona (que ya, en sí, es un mundo diferente).
Le invito a
hacer su propia lista y ponerse en marcha para ir cumpliendo progresivamente esos
sueños postergados que ahora han sido renovados y hacen parte de su plan del
año, con metas y objetivos concretos (y por ende más sencillos a cumplir).
Sueños que son metas con fecha de caducidad (hay que ponerles topes temporales),
que al cumplirse le irán proporcionando momentos gratos, motivadores y
reforzando su autoestima porque se estará demostrando, a usted mismo, que puede
hacer las cosas que se propone. Para ayudarse en el trayecto, pegue su lista en
el lugar más visible o llévela siempre con usted, para que cada día recuerde
que sus sueños están esperando sus acciones.
¡Buen
trabajo y diviértase haciéndolo!.
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