Un reciente estudio norteamericano encontró que los niños que tienen un papá deprimido son más propensos a mostrar problemas emocionales o conductuales.
Durante las dos últimas décadas, los profesionales de la salud mental, hacíamos especial atención a ver el riesgo que representaba para un niño, el hecho de tener uno de sus padres con síntomas depresivos. Se hablaba especialmente de la enfermedad de la madre, por el tiempo y el tipo de relación estrecha que habitualmente tenía con el niño, que en presencia de los síntomas depresivos se operaba un cambio importante que afectaba a la salud mental del niño. Razón por la que se promovía una medicación antidepresiva para disminuir rápidamente los síntomas y la instalación de una psicoterapia que le ayude a salir del problema.
El estudio que encontramos en el Medline (retomado de la revista Maternal and Child Health Journal), es interesante porque brinda datos más acordes a la evolución que ha tenido la sociedad en cuanto a los roles parentales. Actualmente, los padres participan cada vez más en la educación de los hijos y tienen una relación más directa que la que teníamos muchos de los que ahora somos adultos. Incluso en los numerosos divorcios en los que la guardia compartida de los hijos hace que los roles de ambos padres se acerquen cada vez más. Hecho que tiene que considerarse en el tratamiento eficaz y oportuno de los problemas emocionales y conductuales que se presenten en los niños.
Volvemos al estudio que fue realizado con 7,200 familias norteamericanas, y que encontró los siguientes datos:
Alrededor del 25 por ciento de los niños con mamás y papás que mostraban síntomas de depresión tenían problemas emocionales o conductuales. Alrededor del 15 por ciento de los niños cuyos papás tenían síntomas depresivos y 20 por ciento de los niños cuyas mamás tenían síntomas depresivos mostraban problemas emocionales o conductuales. Alrededor del 6 por ciento de los niños cuyos padres no tenían síntomas de depresión presentaban problemas emocionales o conductuales.
Alrededor del seis por ciento de los papás mostraban síntomas de depresión. Los factores asociados con la depresión en los papás incluían vivir en la pobreza, vivir con un hijo que tenía necesidades especiales, vivir con una esposa o pareja que estaba deprimida y tener una mala salud física. El predictor más potente de depresión en los papás fue el desempleo. Los papás desempleados tenían 6.5 veces más probabilidades de estar deprimidos.
Esto es particularmente importante dado el alto índice actual de desempleo, anotaron los investigadores.