Según un científico alemán Thomas Myers (“Vías Anatómicas”, 2015), el sistema fascial estaría vinculado a toda una serie de patologías dolorosas.
La fascia es un tejido conjuntivo (parecido a una tela fina) que envuelve todo el cuerpo, recubriendo cada uno de los órganos, los músculos, la piel, los huesos,... Las fascias están presentes en todas las partes del cuerpo, desempeñando un papel importante en sus diversas funciones: 1) función de sostén (hacen que los órganos mantengan su forma anatómica y se puedan fijar a la estructura de los huesos) 2) de soporte (en las fascias se encuentran las redes de terminaciones nerviosas, vasculares y linfáticas), 3) de protección (protegen los órganos de las tensiones del estrés y las agresiones que sufre continuamente nuestro cuerpo), 4) de amortiguación (debido a su elasticidad, la fascia permite amortiguar las cargas que sufre el cuerpo) , 5) función hemodinámica (hace posible la circulación de retorno de la sangre y la linfa hacia el corazón y el sistema linfático respectivamente), 6) de defensa (es la primera barrera ante los agentes patógenos que entran en el cuerpo, así como ante la carga de estrés que soporta), 7) de comunicación e intercambio (intermedian en las actividades vasculares , circulatorias y las nerviosas). El tejido conjuntivo une los diferentes órganos y las diferentes partes entre sí, en una continuidad armoniosa y perfecta que hace posible que nuestro cuerpo funcione de adecuadamente. (Serge Paoletti. “Las fascias: el papel de los tejidos en la mecánica humana. 2004)
Relación de las fascias y el dolor
Según Thomas Myers las fascias estarían relacionadas con toda una serie de patologías dolorosas. Dado que el sistema nervioso autónomo tiene sus ramificaciones en todo el cuerpo, insertadas en las fascias. El sistema nervioso autónomo, a través del sistema simpático (ese que nos pone en alerta para responder al estrés) hace que nuestro cuerpo esté en tensión mientras dura la situación estresante. Si la persona soporta un estrés crónico (quiere decir que se mantiene en el tiempo) las fascias permanecerán tensas también por mucho tiempo, generando en la persona un estado de fatiga y dolor de las partes del cuerpo en las que las fascias se hayan comprimido, irritado, inflamado, quebrado o formado cicatrices,… lo que puede explicar muchos casos de dolor crónico, fibromialgia,… y muchas otras patologías del dolor.
El estrés que soporta una persona puede venir de diferentes fuentes: 1) de su entorno laboral (un trabajo que no le gusta, un ambiente negativo o conflictivo, horarios demasiado largos, ausencia de perspectiva de mejora, ausencia de liderazgo en los dirigentes de la empresa,… ), 2) del funcionamiento familiar (obligaciones rígidas o desmesuradas, conflictos permanentes, impotencia ante las ataduras familiares, falta de reconocimiento, problemas de sobreendeudamiento,…) , 3) entorno medioambiental (barrio peligroso, contaminación, ruido,…) 4) modo en que la persona percibe su entorno (en personas ansiosas o dependientes,… o con experiencias traumáticas, el impacto de los problemas será mayor) y 4) cómo ve la persona su propia capacidad a enfrentar lo que ocurre (se siente con recursos internos para soportarlo o no,… vive una situación de impotencia?,…).
Por todo lo expuesto, es que en los centros especializados del dolor actualmente se aplican paralelamente tratamientos médicos y psicológicos, dado que la persona no solo requiere de las intervenciones físicas y la medicación, sino que tiene que aprender a regular sus emociones, desarrollar una serie de habilidades de gestión del estrés,…, a fin de ayudar a que los tratamientos aplicados surtan efecto y que se mantengan en el tiempo. Al respecto, la psicoterapia cognitivo- conductual y EMDR son las que están demostrando eficiencia, por lo que aconsejo vivamente a la persona que sufre de enfermedades dolorosas de buscar apoyo profesional especializado.