Si a un ser querido le diagnostican un
cáncer o una enfermedad que supone un riesgo vital, usted puede sentirse
desesperado, con gran impotencia frente a la situación y sin saber cómo apoyarle
para facilitar la adaptación de la persona con los cambios que ocurrirán en su
vida y hacer menos difícil su proceso de tratamiento y convivencia con la
enfermedad.
Todas las investigaciones concuerdan en
señalar que el apoyo de la familia y los amigos tiene un efecto importante en
la capacidad de los pacientes a sobrellevar una enfermedad crónica; aunque cada
persona tiene una sensibilidad e historia diferentes, cuando se tiene una
enfermedad crónica, se necesita sentir el afecto sincero (no la compasión) y la
preocupación sana de sus seres queridos.
Recordamos aquí algunas sencillas pautas al respecto:
- Infórmese sobre la enfermedad, de ser posible, hable con el equipo médico para saber con claridad las etapas del tratamiento y cómo ayudarle a que integre el diagnóstico en su vida y comience a luchar contra la enfermedad.
- Escúchele y dele el
apoyo emocional que requiera. Evite de tratar de negar el problema (diciendo
“no es nada”, “ya va a pasar”,…). Hágale sentir que no está sola y que tiene
gente que la quiere y que estará a su lado en todas las etapas de su
tratamiento.
- Busque casos de
personas que hayan vencido la enfermedad para ponerlas de ejemplo cuando la
desmotivación cunda y necesite reactivar la esperanza.
- Cuando informe a la
familia, hable con honestidad sobre la situación que toca vivir a la persona,
sin dramatismos ni escondiendo diagnósticos. No invente enfermedades raras
que tienen tratamiento, por no pronunciar el nombre de la enfermedad y
ocultarla a la familia, eso generará mayor confusión, ansiedad,
culpabilidad….
- Aborde la enfermedad
con los niños, de la manera más clara y dejando bien establecido que ellos no
son responsables de la enfermedad (es común ver a niños pequeños sentirse
responsables de las cosas negativas que suceden en su entorno e incluso de
enfermedades de los padres), responda con claridad a todas sus
inquietudes y ayúdeles a disminuir su ansiedad. Trate de fomentar una vida
normal en los niños; sus risas y su afecto ayudarán de manera importante a la
persona enferma.
- Haga una selección de
las personas para compartir la información sobre la enfermedad. Algunas se
acercarán más a la familia y participaran en las actividades de apoyo, otras,
que tienen relaciones más problemáticas con la enfermedad (no con la persona
enferma) tendrán dificultades a saber cómo actuar y por facilidad se alejarán.
- Haga una lista de
cosas en las que sus amigos y familiares puedan ayudar (las compras, tareas
diarias, cuidar a los niños,…etc.) y pídaselas sin reparos, ellos estarán
gustosos de hacerlo y de sentir que contribuyen de alguna manera.
- La persona que sufre la enfermedad pasará por etapas en las que se sucederán momentos de estrés, ansiedad, cólera, culpabilidad,… etc. De ser posible, que vea un psicólogo (la psicología ha realizado importantísimos avances en el tema) que pueda ayudarle a desarrollar estrategias para integrar lo que le pasa y recuperar la sensación de control de su vida. También puede asistir a sesiones de grupos de apoyo (de diversas asociaciones y hospitales) en los que descubrirá que hay muchas otras personas que están en el mismo trayecto de lucha contra la enfermedad y podrá encontrar estrategias que utilizan otras personas para lidiar con la enfermedad.
www.cleliagalvez.com
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