Cuando la violencia nos toca en lo más profundo

El desarrollo del internet y la tecnología de la información hace que casi en tiempo real estemos visionando (vía TV o internet) imágenes de catástrofes naturales o nucleares, revoluciones, guerras de liberación y actos de violencia extrema que ocurren en diferentes partes del mundo y que chocan nuestra sensibilidad y que progresivamente van rompiendo esa imagen de seguridad sobre la que se basa nuestra vida.

Cuando son las catástrofes naturales las que azotan y diezman poblaciones,  todos están perturbados de constatar la fuerza implacable de la naturaleza contra la que poco puede hacerse, pero luego de un tiempo las personas llegan a integrar esa catástrofe en su mente y dan paso a  “la resiliencia”, que es capacidad interna de las personas a adaptarse a la dura realidad que les tocó vivir. Podemos ver por ejemplo el tsunami del 2004 en indonesia, Fukushima en Japón, los huracanes a los Estados Unidos, los terremotos de diferentes países…, con cada tipo de sociedad que reacciona de acuerdo a sus propias características, como la japonesa que sorprendió al mundo con su actitud de seriedad, solidaridad, recogimiento, orden,…, lo que no quiere decir que sufrieran menos!.  

Sin embargo, lo más difícil de entender y aceptar es el traumatismo ocasionado por otros seres humanos que han perpetrado crímenes con la intención de destruir y matar a las personas, como los atentados terroristas vividos en todo el mundo (aunque el más publicitado haya sido el del 11 de setiembre  en Nueva York), las violaciones,  la guerra y la delincuencia en general, que por observarse a diario en la prensa llegan a banalizarse y hacer parte del funcionamiento de algunas ciudades. Hasta que vemos un suceso intenso que sacude a toda la población, por la crueldad con la que se agrede o por tratarse de personas en situación de vulnerabilidad como son los niños.  Pienso en lo que acaba de ocurrir en Francia, un asesinato despiadado de unos niños y un profesor en una escuela confesional judía, que fueron victimas simplemente por ser diferentes.

La intencionalidad de un acto de destrucción (agresión, violación, atentado,…) es lo que más afecta a las personas que son victimas (directas o indirectas, es decir testigos), porque destruye  la concepción de base que tiene de un ser humano bueno y le hace perder confianza en un mundo relativamente sano y seguro en el que está viviendo. Otro factor importante es la intensidad del desastre o la crueldad de la agresión (“a sangre fría”), así como la situación de vulnerabilidad de la victima (niños o personas que no se encuentran bien en el momento de la agresión); estos aspectos que conducen a una cronificación de los efectos psicológicos  habituales en tal situación (miedo, ansiedad, estrés, ira, rabia, resentimiento o bloqueo emocional) pueden llegar a desarrollar, en ocasiones, un verdadero trastorno de estrés post traumático que requiere tratamiento psicológico específico.

Volviendo al caso ocurrido en Francia, la madre que perdió a sus hijos y su esposo en un mismo evento en el que fueron victimas, por el simple hecho de haber estado presentes en ese lugar y ese momento, va a tener su vida marcada por el dolor y el sufrimiento de esas pérdidas inexplicables; los niños que estudian en ese colegio y en otros similares, todos los testigos directos e indirectos, tendrán que sobreponerse al hecho con apoyo profesional, soporte de sus familiares y amigos, y sobre todo con el paso del tiempo que permitirá de mitigar los afectos.

Finalmente, si usted está en el circulo social de personas que fueron victimas de alguna agresión o desastre, probablemente no sepa cómo actuar con ellas, y por desconocimiento, trate de evitar el tema. Sin embargo, creo que puede ser de mucha ayuda a esa persona, simplemente escuchándola cuando ella quiera hablar del tema (pero no insista con el tema si ella no quiere hacerlo). Escúchele una y otra vez, porque cada vez que hable, la persona irá asimilando lo que pasó e irá re-trabajando y reubicando los hechos en su mente y haciendo, con cada vez que expresa la emoción , que vaya drenando la emocionalidad contenida, y haciendo que su activación emocional sea cada vez menor, llegando en algún momento a mitigarse. Si observa que no evoluciona favorablemente la situación y la ve deprimida, convénzala de consultar un psicólogo de tipo cognitivo conductual, que podrá ayudarle a salir del problema. 
 

Extraordinaria animación médica a visionar

Realmente extraordinaria y didáctica esta animación médica sobre las posibilidades de reparación de los múltiples casos de fracturas. Para los padres que siempre estamos preocupados por las travesuras de nuestros pequeños que culminan con algunas fracturas, este video nos muestra que todos los tipos de fracturas pueden ser reparados, aunque imaginamos que no  tenga que repararse todos al mismo tiempo!.

Es innegable que con una caída como la que se muestra en el vídeo no son solo los huesos los que van a estar averiados, el cerebro (ordenador que gobierna gran parte del funcionamiento de nuestro cuerpo) y todo el sistema nervioso lo estará también;  y el modo de rehabilitación en ese caso, es diferente y mucho más complejo (siendo del dominio no solo de la neurocirugía, sino también de la neuropsicología). Al respecto, más adelante tendremos ocasión de compartir información interesante sobre  ese tipo de intervención.

Por lo pronto, os invito a visionar el interesante video que sigue:

¿Que quiero encontrar en mi pareja?


El cómo escoger su pareja es una de la preocupaciones más mencionadas por las personas que me escriben y hoy tomo una de esas preguntas que envía Ana (que es como la llamaré en este artículo, por la necesidad de garantizar la confidencialidad de la identidad de quienes me escriben), para abordar este tema tan amplio y en el que las opiniones pueden diferir en función de la importancia que le de, cada persona, a las tres necesidades que básicamente satisface el amor de pareja: necesidad de compañía, de recreo y de pasión (según John Lee). 

“¿Cómo puedo llegar a  interesar a un chico muy popular que me gusta???”,  es como comienza su pregunta, Ana, una joven que se siente atraída por un hombre que ha pasado la treintena y que ella misma describe como  “alguien que se comporta como un adolescente,  que juega conmigo y con las otras mujeres que lo rodean. Es guapo e inteligente, pero bastante despectivo con todas;  ha conquistado a muchas chicas sin llegar a nada con ellas, así como lo hace conmigo. Estoy desesperada y quiero saber ¿qué puedo hacer para que un chico así llegue a estar conmigo? , porque lo que más le gusta es que le alaben, yo lo he estado haciendo, pero ya ni eso funciona, parece que pide algo mejor que eso, a veces me he "enfadado" pero ya no "cuela", como decimos las mujeres...

Todos reconocemos que el “príncipe azúl “ o la pareja ideal con la que se sueña de niña,  no existen y que se tiene que aceptar a un ser humano con imperfecciones (que tenemos todos);  sin embargo,  existen ciertos límites en las imperfecciones que estamos dispuestos a aceptar en nuestra pareja,  y eso cada persona lo debiera tener claro, cuando elije a su pareja.  Antiguamente, los padres eran los que decían a los hijos, en circunstancias similares,  “piensa con la cabeza y no con el corazón”, y digo  que, en lo posible,  habría  que poner de ambos si se quiere incrementar las probabilidades de tener la pareja que nos complemente bien.  

Cuando nos sentimos atraídos por una persona, la consideramos como algo “misterioso” que nos provoca descubrirlo;  en esa etapa pensamos que cupido nos envió el “flechazo” que nos removió el corazón (o mejor dicho el pensamiento). Luego, progresivamente y conforme avanzan nuestros intercambios,  pasamos a identificar las coincidencias que tenemos con esa persona que ocupa nuestros pensamientos (¿tendremos los mismos valores?, ¿le damos importancia a las mismas cosas?, ¿compartimos algunos sueños o proyectos?, ¿tenemos temas de interés comunes?,… ), así como ver si nos procura las satisfacciones que esperamos  (¿nos divertimos mucho cuando salimos juntos?, ¿me trata como quiero que me trate?, ¿me muestra afecto?, ¿hace que me sienta importante para él?, …. etc.). Son básicamente estos aspectos que van a definir nuestra relación amorosa como satisfactoria o no para cada uno y hacer que en algún momento se llegue a formalizarla.  

En el caso de Ana, veo que ella ya conoce bien al chico que la atrae, e incluso ha identificado en él un funcionamiento bastante problemático que ya está generándole un malestar; por lo que le aconsejo de hacer un esfuerzo para aclarar sus ideas y ver realmente qué satisfacciones quiere recibir de esa relación que tanto ansía y qué es lo que está recibiendo actualmente. Poner eso por escrito para sí mismo, es de mucha ayuda.

Un aspecto que Ana debe considerar es que el chico en cuestión,  es  alguien que visiblemente, no valora a nadie más que su propia persona y que se libra a un juego bastante narcísico en sus relaciones, lo que hace que hayan poquísimas probabilidades que ella pueda recibir satisfacciones (compañía, afecto, complicidad en el recreo, respeto,…) como persona en una relación amorosa que posiblemente le exija mucho esfuerzo y pocas satisfacciones.

Por lo que tendría que preguntarse ¿valdrá realmente la pena que gaste sus energías en atraer a una persona que por su comportamiento ya le hizo saber que solo se quiere a sí mismo, lo que probablemente le ocasione más sufrimiento que amor?,  ¿No sería más gratificante para ella,  que vuelva los ojos a su entorno de amigos y elija a alguien con mayor estabilidad mental y afectiva, que pueda compartir con ella sus experiencias y sueños?. Tal vez incluso pueda preguntarse ¿qué es lo que realmente le gusta de él?, y ver si puede encontrar eso que le gusta en alguien más estable.

Finalmente, el amor debe ser recíproco y tiene que nutrir las expectativas de los dos, tal vez no de manera simétrica, pero ambos deben mostrar disposición a entrar en la relación y sentirse bien dentro de ella.


Por el Día Internacional de la Mujer: la canción censurada de Pierre Perret

Es innegable que actualmente el espacio que tiene la mujer en las sociedades modernas y democráticas va siendo cada vez mayor, tanto en el aspecto económico, social y político. Mucho se ha avanzado en las zonas urbanas de una gran cantidad de países, quedando aún un trayecto a hacer en las zonas más rurales y con menor accesibilidad.

Sin embargo, quedan en el mundo algunas culturas que aún relegan a la mujer a un rol de servitud sin acceso a derecho alguno, como lo señala la canción “Cuando la mujer es enrejada” del cantautor Pierre Perret (un gran artista francés que canta a las cosas simples de la vida y a los problemas sociales que debieran preocupar a toda la humanidad) y que fue censurada  en Francia. En este artículo, encontraran la traducción al castellano de esta canción (que es muy bella, reflexiva y triste al mismo tiempo), con los respectivos enlaces para ver a Pierre Perret interpretándola y otro con las letras de la canción en francés.

Ponemos esta canción porque hemos visto en la prensa, con gran estupor (por tratarse de prácticas opuestas a  los derechos fundamentales de la persona y a los valores de los países en los que ocurrió), que incluso viviendo en territorio europeo,  los establecimientos de esas culturas siguen enseñando como castigar físicamente a la mujer (en sus colegios privados como descubrieron recientemente de Inglaterra, en muchos casos encontrados en Bélgica y Francia, o en sus templos como señaló Radio Nacional de España , el día de ayer, sobre un predicador de la Mezquita de Terrassa – Barcelona- España). Esperamos que cada país haga respetar los valores sobre los que se fundan sus propias existencias.

                                Cuando la mujer es enrejada  
                                               (Pierre Perret)
Escucha mi canción tan dulce,
Que Verlaine  podría haberla hecho mejor,
Quiere ser discreta y ligera,
Como el rose del agua sobre la espuma,
Es la tristeza de la esposa,
De la mujer detrás de su reja,
Ellos la hacen vivir en la edad media,
Que la vergüenza les salpique.

Cuando la mujer es enrejada…
Todas las mujeres son ultrajadas,
Los hombres las han condenado,
A la oscuridad.

Ella no toma jamás la palabra,
En público porque no es su rol,
Ella es temerosa, ella es sumisa,
En ningún caso puedes darle  un beso,
Le han enseñado a someterse,
A no contradecir a su amo,
Ella solo tiene derecho a algunos murmullos,
La mirada baja sobre su costura.

Cuando la mujer es enrejada…
Todas las mujeres son ultrajadas,
Los hombres las han condenado,
A la oscuridad.

Ella respeta la ley divina,
Dicha por la boca del hombre,
Que su lugar está en la cocina,
Y que además es su bestia de carga,
No puede mostrarse sabia,
Es mejor que sea ignorante,
Su esposo dice que los estudios,
Son contrarios a sus servitudes.

Cuando la mujer es enrejada…
Todas las mujeres son ultrajadas,
Los hombres las han condenado,
A la oscuridad.

Hasta sus pies su austera “burka”
Es garante de su decencia,
Ella previene la concupiscencia,
De los hombres a los podría agradar,
Una mirada juzgada impúdica,
Seria mortal para la cautiva,
Ella podría terminar quemada viva,
Lapidada en la plaza pública.


Cuando la mujer es enrejada…
Todas las mujeres son ultrajadas,
Los hombres las han condenado,
A la oscuridad.

                    Jóvenes mujeres larguen las amarras,
                    Rechacen esas costumbres bárbaras,
                    Digan no al maniqueísmo,
                    Al retorno del obscurantismo,
                    Desechen ese “moucharabieh” triste,
                    Nacida de costumbres esclavatistas,
                    Y en lugar de llevar ese velo,
                     Libérense y levanten las velas.




La depresión de papá podría afectar la conducta de los niños

Un reciente estudio norteamericano encontró que los niños que tienen un papá deprimido son más propensos a mostrar problemas emocionales o conductuales.

Durante las dos últimas décadas, los profesionales de la salud mental, hacíamos especial atención a ver el riesgo que representaba para un niño, el hecho de tener uno de sus padres con síntomas depresivos. Se hablaba especialmente de la enfermedad de la madre, por el tiempo y el tipo de relación estrecha que habitualmente tenía con el niño, que en presencia de  los síntomas depresivos se operaba un cambio importante que afectaba a la salud mental del niño. Razón por la que se promovía una medicación antidepresiva para disminuir rápidamente los síntomas y la instalación de una psicoterapia que le ayude a salir del problema.

El estudio que encontramos en el Medline (retomado de la revista Maternal and Child Health Journal), es interesante porque brinda datos más acordes a la evolución que ha tenido la sociedad en cuanto a los roles parentales. Actualmente, los padres participan cada vez más en la educación de los hijos y tienen una relación más directa que la que teníamos muchos de los que ahora somos adultos. Incluso en los numerosos divorcios en los que la guardia compartida de los hijos hace que los roles de ambos padres se acerquen cada vez más. Hecho que tiene que considerarse en el tratamiento eficaz y oportuno de los problemas emocionales y conductuales que se presenten en los niños.  

Volvemos al estudio que fue realizado con 7,200 familias norteamericanas, y que encontró los siguientes datos:

Alrededor del 25 por ciento de los niños con mamás y papás que mostraban síntomas de depresión tenían problemas emocionales o conductuales. Alrededor del 15 por ciento de los niños cuyos papás tenían síntomas depresivos y 20 por ciento de los niños cuyas mamás tenían síntomas depresivos mostraban problemas emocionales o conductuales. Alrededor del 6 por ciento de los niños cuyos padres no tenían síntomas de depresión presentaban problemas emocionales o conductuales.

Alrededor del seis por ciento de los papás mostraban síntomas de depresión. Los factores asociados con la depresión en los papás incluían vivir en la pobreza, vivir con un hijo que tenía necesidades especiales, vivir con una esposa o pareja que estaba deprimida y tener una mala salud física. El predictor más potente de depresión en los papás fue el desempleo. Los papás desempleados tenían 6.5 veces más probabilidades de estar deprimidos.

Esto es particularmente importante dado el alto índice actual de desempleo, anotaron los investigadores.
 

Hay que valorar y cuidar el oído

El oído, ese sentido maravilloso que nos ayuda a percibir los sonidos del mundo que nos rodea, es una capacidad que recibe poca atención de prácticamente todas las personas. Es cuando comenzamos a perderla por la edad o por ciertos accidentes, que nos interesamos a preservarla y a veces lo hacemos cuando ya perdimos ciertas capacidades.

La pérdida progresiva de la audición es conocida como Presbiacusia, y eso habitualmente sucede a partir de los 40 años, en un proceso que evoluciona lenta y progresivamente a medida que pasan los años y para la cual no existe un tratamiento que lo cure.

La evolución de nuestra sociedad, cada vez más ruidosa, está haciendo que se constaten problemas de pérdida de la capacidad de audición  a edades cada vez más tempranas. La exposición, sobre todo  de los jóvenes, a ruidos excesivamente altos (auriculares para escuchar música a decibelios bastante altos o frecuentar discotecas con iguales características de ruido) hace que la degradación de sus capacidades de audición se vea acelerada.

Cuando se revisa la literatura al respecto, se encuentra que los tratamientos no son curativos, sino paliativos, y van desde medicación (dilatadores de vasos sanguíneos y vitaminas para potenciar las conexiones nerviosas), uso de audífonos (que actualmente son cada vez más pequeños y estéticos) y diversas intervenciones quirúrgicas (implantes,…), para disminuir el hándicap;  lo que demuestra que la prevención es lo más importante. 
 

Reírse del miedo al dentista podría aliviar las preocupaciones

Como se mencionaba en el artículo anterior de este blog, la ansiedad al dentista es vivida por una buena proporción de los adultos, aunque una verdadera fobia al dentista ocurra solo en el 15% de ellos (datos de la OMS), por lo que el psicólogo ha ingresado al campo de la odontología para ayudar a los pacientes con ansiedad importante o con verdaderas fobias a ejercer un control sobre sus emociones y poder realizarse las intervenciones dentales que requiere.

Es así que en las clínicas dentales más modernas, no es extraño de ver que el paciente ansioso tenga algunas sesiones previas con el psicólogo, quien a través de técnicas de control respiratorio, relajación con visualización, hipno-relajación, entre otras técnicas cognitivas, hace posible que el paciente tenga los tratamientos que desee en las mejores condiciones.

Para los demás pacientes, hay datos interesantes en un estudio realizado por el equipo de la Universidad de Gotemburgo, que manifiestan que el optimismo del paciente y una atmósfera de humor en la interacción del paciente con el personal dental, ayudan a disminuir la ansiedad al dentista durante las intervenciones dentales.

En ese estudio, a través de una cuestionario que se aplicó a personas que tenían cierta ansiedad al dentista, se identificaron cinco métodos principales utilizados por los pacientes para combatir su temor en situación de intervención dental:
  • El uso de recursos internos. Por ejemplo, decirse a uno mismo que tiene suficiente fuerza para soportarlo, a pesar del temor.
  • Distraerse uno mismo. Por ejemplo, contar o cantar para uno mismo o jugar juegos mentales con uno mismo para evitar enfocarse en el tratamiento dental.
  • Poner distancia. Por ejemplo, decirse a uno mismo que la sensación de dolor es otra cosa, como entumecimiento.
  • La oración.
  • El optimismo. Por ejemplo, pensar por adelantado en el momento en que el tratamiento se haya terminado.
"El estudio ha mostrado que los pacientes que adoptan una mentalidad optimista afrontan el tratamiento dental significativamente mejor y acuden al odontólogo con mayor regularidad que los pacientes que pasan su tiempo en la oración, desesperados o pensando que es una catástrofe", señaló en un comunicado de prensa de la universidad la investigadora Jenny Bernson.

En un segundo estudio, entrevistas con pacientes que presentaban temor al dentista revelaron que el humor era un factor importante para afrontar las visitas al odontólogo.

"Las barreras psicológicas se pueden superar con el humor, como resultado de que paciente y dentista se encuentren en terreno más igualitario, de la reducción del estrés que el humor conlleva, del aumento del bienestar y de la creación de una atmósfera placentera", aseguró Bernson.
 

La fobia al dentista

La fobia al dentista o odontofobia, es una de las fobias comunes en los adultos (15% de la población lo sufre, según la Organización Mundial de la Salud), probablemente originada por las experiencias negativas de dolor, de pérdida de control y de pánico que tuvieron en el pasado. Las personas “odontofóbicas” no acuden al dentista de manera regular, poniendo en riesgo su salud dental la que puede tener repercusiones en su salud física (caries, dolores de muelas y de cabeza, mal aliento,….) y su salud mental (culpabilidad, sentimiento de impotencia frente a su ansiedad, autoestima baja,…).

La persona que sufre de este tipo de fobia siente  un miedo paralizante a la idea de tener que visitar un consultorio dental, lo evita al máximo y si ha decidido de hacerlo,  puede llegar a sentir pánico en el camino hacia el consultorio, dentro del consultorio mismo y antes de la intervención del profesional.   En muchas ocasiones se ve a pacientes ansiosos abandonar el consultorio dental o anular repetidas veces las citas que tomó con diversos pretextos por no confesar el temor que sienten.  

Al interrogar a los pacientes ansiosos, una gran mayoría reconoce que tiene miedo a sufrir el dolor,  a las agujas, la perforación, la extracción del diente, a la duración del procedimiento; y que cuando  escuchan el ruido de las fresas o sienten el olor particular de las substancias que utiliza el dentista, sienten que su ansiedad y pánico se desencadenan, lo que hace que a veces tiendan a escaparse de la situación y se convenzan de que no pueden controlar su ansiedad. Ansiedad que les perjudica aún más, porque hace que estén tan concentrados en el dolor que su umbral de tolerancia al dolor sea más baja (quiere decir que puedan sentir más rápidamente el dolor) y que incluso cualquier estímulo inofensivo pueda ser interpretado como doloroso e incrementar su malestar.

La odontofobia ha sido siempre una preocupación de los investigadores de la odontología, una especialidad que ha evolucionado mucho en los últimos años, y que ha logrado que todos esos estímulos que tanta huella dejaron en las personas mayores, hayan prácticamente desaparecido. Se han desarrollado técnicas cada vez más eficaces y sofisticadas a fin de proceder a realizar tratamientos de reconstrucción, implantología y demás intervenciones prácticamente sin dolor. Se han eliminado los olores fuertes característicos de antaño, las agujas son cada vez más finas y pequeñas, y en algunas clínicas dentales se han incluido , con éxito, un servicio psicológico con un psicoterapeuta cognitivo conductual , para ayudar a los pacientes ansiosos a controlar su ansiedad con algunas sesiones previas al tratamiento dental. Asimismo, se están dedicando a construir la confianza en los niños con diversas estrategias preventivas e intervenciones sin dolor, a fin de evitar que puedan desarrollar la ansiedad  de los mayores.

Tener un mejor amigo beneficia a la mente y al cuerpo de un niño


Es ampliamente reconocido que para que las personas tengan una buena salud mental, es necesario que , entre otros aspectos ya mencionados en este mismo blog, tengan redes sociales de apoyo, que en otros términos es tener amigos, con quien contar en momentos difíciles  y con los que compartir actividades de esparcimiento e intercambiar opiniones cuando los requieran.

Para los padres que se interesen, reproduzco aquí algunos detalles de un estudio reciente que me pareció interesante que se conozca pues se muestra el efecto benéfico, sobre la resistencia a la frustración en los niños (y en general, sobre su salud física y mental), del hecho de tener a su mejor amigo cuando vive una situación negativa.

El estudio, que aparece en una edición reciente de la revista Developmental Psychology, halló que cuando un niño vivía una experiencia negativa, tenía como efecto un aumento del cortisol y la disminución del autoestima. Sin embargo, cuando el mismo niño estaba en compañía de su mejor amigo mientras ocurría el problema, los niveles de cortisol y los sentimientos de autoestima tenían menor variación.

"Tener a su mejor amigo presente durante un evento desagradable tiene un impacto inmediato sobre el cuerpo y la mente de un niño", afirmó el coautor del estudio William Bukowski, profesor de psicología y director del Centro de Investigación sobre el Desarrollo Humano de la Universidad de Concordia, en Montreal. "Si un niño está solo cuando tiene problemas con un maestro o una discusión con un compañero de clases, observamos un aumento mensurable en los niveles de cortisol y una reducción en los sentimientos de autoestima".

Los autores del estudio sostienen que lo que sucede en la niñez puede afectar a las personas en la adultez, lo que incluye tener sentimientos de baja autoestima. "Nuestras reacciones fisiológicas y psicológicas a las experiencias negativas de la niñez nos afectan más adelante en la vida", explicó Bukowski. "La secreción excesiva de cortisol puede llevar a cambios fisiológicos significativos, incluso supresión inmune y una menor formación ósea. El aumento del estrés realmente puede hacer que el desarrollo de un niño sea más lento".

Los autores del estudio apuntaron que estudios previos también han mostrado que tener amistades puede ayudar a proteger a los niños del acoso, la exclusión y otras formas de agresión.
 

¿Cómo podemos preservar nuestra salud mental?

Estamos tan acostumbrados a ocuparnos de nuestra salud cuando tenemos un problema o enfermedad a tratar y no cuando estamos a tiempo de prevenir; y esto es aún más frecuente cuando se trata de nuestra salud mental, pues estamos preocupados por cosas más urgentes (el trabajo, los embates de la crisis financiera,…) que dejamos lo importante para después, y ese después puede tomar mucho tiempo,… hasta sorprendernos con algún problema que hubiéramos podido evitar si nos hubiéramos detenido un momento a ver lo que estaba pasando en nuestras vidas.

Partiendo de que somos seres bio-psico-sociales, e incluso espirituales, el tener un bienestar general (físico y mental) tanto a nivel personal, de pareja como de la familia, requiere lograr un relativo equilibrio (porque no existe una situación ideal) entre esos cuatro pilares que soportan nuestra vida (un cuerpo sano y con la suficiente energía para realizar nuestras actividades cotidianas; un estado mental que nos permita tener intercambios interesantes, apreciar los buenos momentos y tomar decisiones adecuadas y oportunas ; tener  amigos y otras redes sociales de apoyo y estar en armonía con nuestras creencias religiosas (si las tenemos) que puede ayudarnos a darle un mayor sentido a nuestra existencia (sea cual fuere el credo).

Mucho se ha dicho sobre como ocuparse de nuestro cuerpo  físico y retenemos tres aspectos importantes: 1) necesitamos una alimentación equilibrada (por ejemplo la dieta mediterránea) que permita tener la energía y la agilidad física y mental (porque comer demasiado y con mucha grasa nos hace funcionar con más lentitud y estar menos dispuestos a realizar un buen trabajo físico y peor si se trata de un trabajo mental). 2) existen ciertos alimentos “funcionales” que podemos integrar a nuestra alimentación para incrementar el aporte de nutrientes así como el drenaje de toxinas (limón, linaza, alpiste, té verde,…). y 3) la dieta debe estar en acorde con una actividad física regular y del tipo que mejor le convenga (gimnasia, caminata, danza,…), esto para mantener un peso adecuado (agilidad de movimiento y no afecta al autoestima), así como para tener un humor positivo (por la emisión de endorfinas)

La parte psicológica es mucho más compleja, porque hay muchos factores que entran en juego (la educación recibida, experiencias anteriores, personalidad, aspectos culturales, contexto,…) pero podemos dar atención a algunos temas generales que nos pueden facilitar la vida , porque nos evitaran a nosotros de tener conflictos innecesarios, frustraciones, rumiación o culpabilidad… etc. y a nuestros hijos les permitirá construirse modelos adecuados a seguir en la gestión de emociones, la comunicación, relaciones sociales, uso controlado de sustancias,…, porque es en casa que esos modelos son formados.

La comunicación en la familia, la podemos mejorar incrementando (la calidad más que la cantidad) los momentos para hablar no solo de cosas banales (tareas cotidianas) sino de preocupaciones, problemas, sueños, proyectos,… etc), con la pareja, los hijos, los amigos; haciendo el esfuerzo de escuchar a los demás y respetar que puedan tener ideas opuestas a la nuestra; evitando el uso de la violencia en todas sus formas.

La gestión de las emociones, la podemos mejorar aceptando y expresando (sin excesos) las emociones y los sentimientos que sentimos en diferentes momentos de la vida (agradables y penosos); además,  reservándose tiempo para hacer actividades que nos gustan (solos, en pareja, con los hijos, con amigos), estas nos permitirán de tener la energía y motivación para seguir adelante.

Otro aspecto importante es  el uso controlado de sustancias y actividades que generan dependencia (alcohol, tabaco, juegos de dinero, internet, televisión, móvil, FB,….) en los padres, que tiene un efecto preventivo en el abordaje que hacen los hijos de esos productos que generan dependencia.

De la parte social, nos podemos ocupar haciendo el esfuerzo de tener amigos (pues la sociedad moderna tan “virtualizada” promueve las actividades en solitario, generando problemas vinculados a la soledad,…) , recibirlos en casa, hacer que los niños vean y participen de esas relaciones sociales. Por otro lado, los amigos y redes sociales que tengamos me ayudarán a enfrentar cualquier problema que surja en nuestras vidas y los hijos sabrán en el futuro como gestionar sus propias relaciones sociales, de lo contrario, podrían desarrollar problemas de fobia social ( timidez,…).

Finalmente, queda  reconocer que el tema es mucho más amplio, y que será abordando progresivamente, sin embargo, concluimos este artículo, indicándole que si Ud. tiene algunos aspectos que no puede gestionar adecuadamente, no dude en encontrar ayuda ante un profesional, un psicoterapeuta cognitivo-conductual, con algunos meses de trabajo la ayudará a retomar el control (la gestión adecuada) de su vida.