El miedo es una emoción que todos
conocemos y que tiene como función (al
igual que el dolor) el protegernos del peligro, por lo que diríamos que es un miedo
“adaptativo” (es en base a ésta reacción emocional que actuaremos ante el
estímulo que tenemos delante: evitándolo, huyendo o atacando,…), porque la
situación de riesgo lo amerita; sin embargo, hay ocasiones en las que las personas
desarrollan miedos a situaciones u objetos habitualmente inofensivos, que
pueden sean reales (ver palomas, perros, gatos, arañas,…) o imaginarios
(sentirse evaluado, pensar a contraer una enfermedad,…), lo que
les lleva a restringir de manera importante sus acciones en la vida cotidiana.
Esos miedos son irracionales (la propia persona reconoce que es exagerada e
incongruente, pero no puede dejar de sentir miedo), diríamos, entonces, que es
un miedo “no adaptativo” o fóbico.
Muchas personas soportan a diario
sus fobias. Para ellas, las acciones simples de la vida cotidiana como
conducir, cruzar un puente, estar rodeados de mucha gente en lugares abiertos o
cerrados, ir a una fiesta, tener una entrevista de trabajo, rendir un examen,
volar en avión, pedir la palabra en clase, hablar delante de un grupo, o
simplemente pedir un servicio son vividos con un verdadero sufrimiento.
Según la OMS (Organización
Mundial de la Salud), hay 250 tipos de fobias reconocidas y estudiadas, y aproximadamente
un 7% de la población mundial padecería de algún tipo de fobia, de tipo simple
o específico (miedo a volar, a las
arañas,…), mientras que 4% desarrollaría un tipo complejo, como la Agorafobia (con
o sin ataques de pánico,…), o una fobia social (14% de adultos lo padecería).
Sin embargo, en contraste con la
considerable incidencia de fobias en la población, pocos son los que buscan un tratamiento
especializado para su problema, más bien organizan su vida para evitar el
objeto de sus miedos, lo que hace que su problema se agrave aún más con el
tiempo y las evitaciones que no hacen más que nutrir los miedos.
Estas son las fobias más
frecuentes en la población:
-Fobia social (temor a ser mal juzgado, miedo a la mirada evaluadora del otro, por lo que la persona evita muchas interacciones sociales o las soporta con sufrimiento)
-Agorafobia (miedo a encontrarse en lugares abiertos y/o con mucha gente, donde cree que no podría recibir ayuda o escaparse si se sintiera mal). Esta fobia viene asociada, en muchos casos a ataques de pánico - crisis de angustia con muchos síntomas fisiológicos y miedo a morir, a volverse loco, sentimientos de irrealidad,…
-Aerofobia (miedo a volar en avión)
-Amaxofobia (miedo a conducir un coche)
-Aracnofobia (miedo a las arañas, por extensión miedo a otros insectos como cucarachas,..)
-Claustrofobia (miedo a encontrarse en lugares cerrados, la persona evita los ascensores, túneles, pruebas médicas como la resonancia magnética y otras pruebas que implican estar confinado en lugares o equipos estrechos.
-Acrofobia (sensación de vértigo y miedo cuando se está en lugares altos como balcones, miradores de edificios altos, precipicios,…)
-Hematofobia (miedo a la sangre, y por extensión a intervenciones quirúrgicas, agujas,…. En algunos casos hay gente que se desmaya cuando está confrontada a esas situaciones)
-Fobia interoceptiva (miedo a sus reacciones fisiológicas, como escuchar sus latidos cardiacos o cualquier otra reacción fisiológica, que la persona vincula directamente a cualquier enfermedad grave)
-Emetofobia (miedo a vomitar, por lo que la persona evita de comer fuera de su casa de miedo a que la comida le siente mal…)
-Brontofobia (miedo a fenómenos meteorológicos como tormentas, inundaciones,… por lo que la persona organiza sus actividades en función de las previsiones meteorológicas)
-Necrofobia (miedo a la muerte y a los muertos)
-Nictofobia (miedo a la obscuridad o la noche)
-Dismorfofobia (miedo u obsesión por un defecto físico real o imaginario)
El tratamiento de las fobias es relativamente corto, la psicoterapia de tipo Cognitivo-Conductual es la que ha demostrado eficiencia, en razón de la incesante frecuencia de investigaciones y el desarrollo de una serie de técnicas para hacer que, en un tiempo razonable, la persona se habitúe a las situaciones que le ocasionan temor, se libere de sus fobias y retome el control de su vida. Entre las diversas técnicas podemos mencionar, el entrenamiento a las técnicas de regulación emocional (control respiratorio, relajación,…), la reestructuración cognitiva (gestión de sus pensamientos), y la exposición progresiva a la situación temida (para generar la habituación).